La Ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Trinidad Jiménez, ha reconocido que en Libia sí hay una guerra, pero niega las similitudes con la pasada Guerra de Irak, ya que entonces no hubo una resolución por parte de la ONU. También declara que en esta ocasión los libios se habían “levantado” y ello da legitimidad a las intervenciones internacionales.
Estas declaraciones se contradicen con las suyas de la semana pasada, cuando dijo que “no estamos exactamente en una guerra sino en el cumplimiento de una resolución de la ONU, que pide la imposición de una zona de exclusión aérea. No tengo ningún problema en pronunciar ningún tipo de palabra, lo que sí que es verdad es que hay una diferencia”.
Pese a que Gadafi lleva más de 40 años en el poder, Trinidad Jiménez asegura que no se ha intervenido internacionalmente hasta ahora ya que ha habido un “detonante”. Y añade que “si no hay un movimiento interno, una intervención externa y orquestada de la comunidad internacional, más allá de que a uno le puede gustar más un régimen que otro, carece de legitimidad para intervenir”.
Por otro lado, también ha reconocido que tanto Gadafi como otros miembros de su gobierno han intentado entablar contacto con el Gobierno español. Y asegura que Zapatero se ha negado a mantener “ese tipo de contacto” una vez empezada la masacre. Además afirma que el primer camión de ayuda humanitaria ya se ha enviado a la zona de Benghazi.
Ante estas descorazonadoras declaraciones, Ángel Díaz nos habla del gran malestar que hay en el mundo militar a raíz de la Guerra de Libia.Barack Obama justificó anoche la intervención estadounidense en Libia por motivos humanitarios y por intereses nacionales, en un discurso a la nación en el que avisó de que los ataques aéreos no buscan el relevo de Muamar el Gadafi y que no es descartable que este tarde en caer.El presidente de Estados Unidos, criticado a derecha e izquierda por la confusión de la misión libia y por su tardanza en explicarse, esbozó lo que puede ser su doctrina ante la ola de rebeliones en el mundo árabe que estalló en enero: respeto a los procesos internos pero sin renunciar a influir; preferencia por el multilateralismo (citó a España entre los aliados en Libia); y la defensa de valores universales.La invasión a Libia: donde la guerra es la “Democracia”
Es lamentable como algunos gobiernos poderosos del presente siglo XXI malversan el uso de las fuerzas armadas y justifican la guerra contra una nación con el pretexto de establecer la “democracia y la ayuda humanitaria a los pueblos”. Estos países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que el artículo 1 de su Carta constitutiva se proponen mantener la paz y la seguridad internacionales por medios pacíficos y de conformidad con los principios de la justicia y el Derecho Internacional, han violado y viciado estos principios soberanos de las naciones para solventar problemas a imagen y semejanza de sus intereses económicos-políticos, y no para salvaguardar la democracia y el respeto de los pueblos.
Sin embargo, en el Consejo de Seguridad de la ONU se tomó la polémica resolución 1973 el pasado jueves 19 de marzo, la cual sentaba las medidas específicas para frenar la supuesta opresión que el gobierno de Libia estaba ejecutando contra rebeldes de su pueblo. Pero esta resolución ha sido alterada como lo afirmo el primer ministro ruso Vladimir Putin, que incluso generó un ambiente de discrepancias entre los miembros permanentes y no permanentes del Consejo.
Porque quienes votaron a favor de esta resolución impulsada por Francia, Inglaterra, Estados Unidos; miembros permanentes del Consejo de Seguridad, junto a Colombia, Líbano, Nigeria, Portugal, Bosnia y Herzegovina, Sudáfrica y Gabón; miembros no permanentes, frente a una importantísima abstención de voto por parte de Rusia y China, como miembros permanentes y Brasil junto a India; no permanentes, deja entrever que tras la resolución sobre Libia existen intereses económicos, políticos y geoestratégicos que buscan beneficiar algunos gobiernos, mientras que la abstención refleja la decisión de Estados que actúan por los principios democráticos de la Carta de las Naciones Unidas y el cumplimiento del Derecho Internacional de la no injerencia en los asuntos internos de un Estado, la solución pacífica de las controversias utilizando hasta la última herramienta de las negociaciones diplomáticas para evitar la guerra y, el respeto a la soberanía y libre determinación de los pueblos.
Estas declaraciones se contradicen con las suyas de la semana pasada, cuando dijo que “no estamos exactamente en una guerra sino en el cumplimiento de una resolución de la ONU, que pide la imposición de una zona de exclusión aérea. No tengo ningún problema en pronunciar ningún tipo de palabra, lo que sí que es verdad es que hay una diferencia”.
Pese a que Gadafi lleva más de 40 años en el poder, Trinidad Jiménez asegura que no se ha intervenido internacionalmente hasta ahora ya que ha habido un “detonante”. Y añade que “si no hay un movimiento interno, una intervención externa y orquestada de la comunidad internacional, más allá de que a uno le puede gustar más un régimen que otro, carece de legitimidad para intervenir”.
Por otro lado, también ha reconocido que tanto Gadafi como otros miembros de su gobierno han intentado entablar contacto con el Gobierno español. Y asegura que Zapatero se ha negado a mantener “ese tipo de contacto” una vez empezada la masacre. Además afirma que el primer camión de ayuda humanitaria ya se ha enviado a la zona de Benghazi.
Ante estas descorazonadoras declaraciones, Ángel Díaz nos habla del gran malestar que hay en el mundo militar a raíz de la Guerra de Libia.