lunes, 28 de marzo de 2011

GUERRA EN LIBIA



La Ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Trinidad Jiménez, ha reconocido que en Libia sí hay una guerra, pero niega las similitudes con la pasada Guerra de Irak, ya que entonces no hubo una resolución por parte de la ONU. También declara que en esta ocasión los libios se habían “levantado” y ello da legitimidad a las intervenciones internacionales.

Estas declaraciones se contradicen con las suyas de la semana pasada, cuando dijo que “no estamos exactamente en una guerra sino en el cumplimiento de una resolución de la ONU, que pide la imposición de una zona de exclusión aérea. No tengo ningún problema en pronunciar ningún tipo de palabra, lo que sí que es verdad es que hay una diferencia”.

Pese a que Gadafi lleva más de 40 años en el poder, Trinidad Jiménez asegura que no se ha intervenido internacionalmente hasta ahora ya que ha habido un “detonante”. Y añade que “si no hay un movimiento interno, una intervención externa y orquestada de la comunidad internacional, más allá de que a uno le puede gustar más un régimen que otro, carece de legitimidad para intervenir”.

Por otro lado, también ha reconocido que tanto Gadafi como otros miembros de su gobierno han intentado entablar contacto con el Gobierno español. Y asegura que Zapatero se ha negado a mantener “ese tipo de contacto” una vez empezada la masacre. Además afirma que el primer camión de ayuda humanitaria ya se ha enviado a la zona de Benghazi.

Ante estas descorazonadoras declaraciones, Ángel Díaz nos habla del gran malestar que hay en el mundo militar a raíz de la Guerra de Libia.
Barack Obama justificó anoche la intervención estadounidense en Libia por motivos humanitarios y por intereses nacionales, en un discurso a la nación en el que avisó de que los ataques aéreos no buscan el relevo de Muamar el Gadafi y que no es descartable que este tarde en caer.
El presidente de Estados Unidos, criticado a derecha e izquierda por la confusión de la misión libia y por su tardanza en explicarse, esbozó lo que puede ser su doctrina ante la ola de rebeliones en el mundo árabe que estalló en enero: respeto a los procesos internos pero sin renunciar a influir; preferencia por el multilateralismo (citó a España entre los aliados en Libia); y la defensa de valores universales.

La invasión a Libia: donde la guerra es la “Democracia”

 
Es lamentable como algunos gobiernos poderosos del presente siglo XXI malversan el uso de las fuerzas armadas y justifican la guerra contra una nación con el pretexto de establecer la “democracia y la ayuda humanitaria a los pueblos”. Estos países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que el artículo 1 de su Carta constitutiva  se proponen mantener la paz y la seguridad internacionales por medios pacíficos y de conformidad con los principios de  la justicia y el Derecho Internacional, han violado y viciado estos principios soberanos de las naciones para solventar problemas a imagen y semejanza de sus intereses económicos-políticos, y no para salvaguardar la democracia y el respeto de los pueblos.

Sin embargo, en el Consejo de Seguridad de la ONU se tomó la polémica resolución 1973 el pasado jueves 19 de marzo, la cual sentaba las medidas específicas para frenar la supuesta opresión que el gobierno de Libia estaba ejecutando contra rebeldes de su pueblo. Pero esta resolución ha sido alterada como lo afirmo el primer ministro ruso Vladimir Putin, que incluso generó un ambiente de discrepancias entre los miembros permanentes y no permanentes del Consejo.
Porque quienes votaron a favor de esta resolución impulsada por Francia, Inglaterra, Estados Unidos; miembros permanentes del Consejo de Seguridad, junto a Colombia, Líbano, Nigeria, Portugal, Bosnia y Herzegovina, Sudáfrica y Gabón; miembros no permanentes, frente a una importantísima abstención de voto por parte de Rusia y China, como miembros permanentes y Brasil junto a India; no permanentes, deja entrever que tras la resolución sobre Libia existen intereses económicos, políticos y geoestratégicos que buscan beneficiar algunos gobiernos, mientras que la abstención refleja la decisión de Estados que actúan por los principios democráticos de la Carta de las Naciones Unidas y el cumplimiento del Derecho Internacional de la no injerencia en los asuntos internos de un Estado, la solución pacífica de las controversias utilizando hasta la última herramienta de las negociaciones diplomáticas para evitar la guerra y, el respeto a la soberanía y libre determinación de los pueblos.




martes, 15 de marzo de 2011

terremoto y sutnami en japon

Tsunami en Japón: pánico por nuevo sismo y aumenta la alarma nuclear


En las últimas horas se produjo otra explosión en el reactor atómico número 2 y otro sismo. Ya hay partículas radiactivas en Tokio y aconsejan no viajar allí
Otra fuerte réplica reavivó el pánico en Japón: fue cerca de la central atómica.




Se trató de un sismo de 6,3 grados en la escala de Richter. El epicentro del temblor se registró en la zona donde se encuentra Fukushima. Desde el viernes, se han producido más de 200 réplicas del grave terremoto de 9 grados que provocó un devastador tsunami.




Y en las últimas horas se produjo otra explosión en el reactor 2, mientras que en el 4 se registró un incendio. Alertan que la central comenzó a liberar partículas radiactivas que ya llegaron a Tokio



Las autoridades de Japón advirtieron de un posible aumento de la radiación tras un incendio y una explosión en la central nuclear de Fukushima, en torno a la cual se declaró una zona de exclusión aérea de 30 kilómetros, después de que el sábado los habitantes de la zona fueran evacuados.



Una nueva explosión ha sacudido la central de Fukushima, esta vez en el reactor número dos. Horas después, el Gobierno nipón reconoció lo alarmante de la situación en la nuclear. Además informó que otro reactor, el número 4, ha sufrido un incendio, ya controlado, y reconoció que los niveles de radiación en la zona han aumentado "considerablemente".



"El peligro de más fugas de radiación está creciendo", advirtió el primer ministro, Naoto Kan, al tiempo que instó a la población a "actuar con calma". Poco después y una vez controlado el fuego, las autoridades japonesas han informado de que los niveles de radiación han comenzado a descender.




La explosión en el reactor dos habría dañado la vasija de contención del reactor, según admitieron las autoridades. La vasija o muro de contención es la estructura más cercana al reactor. Se teme que la deflagración haya afectado a parte del sistema de control de presión del reactor y que pueda haber provocado la fuga.

 










Tras el terremoto se generó una alerta de tsunami para la costa pacífica de Japón y otros países, incluidos Nueva Zelanda, Australia, Rusia, Guam, Filipinas, Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Nauru, Hawái, Islas Marianas del Norte, Estados Unidos, Taiwán, América Central, México y en Sudamérica, Colombia, Perú, Ecuador y Chile.[24] La alerta de tsunami emitida por Japón fue la más grave en su escala local de alerta, lo que implica que se esperaba una ola de 10 metros de altura. FInalmente una ola de 0,5 metros golpeó la costa norte de Japón. [25] La agencia de noticias Kyodo informó que un tsunami de 4 metros de altura había golpeado la Prefectura de Iwate en Japón. Se observó una ola de 10 metros de altura en el aeropuerto de Sendai, en la Prefectura de Miyagi,[26] que quedó inundado, con olas que barrieron coches y edificios a medida que se adentraban en tierra.[27]
A las 21:28 horas (HAST), el Servicio Meteorológico Nacional de los Estados Unidos emitió una alerta de maremoto hasta las 07:00 horas del día siguiente para todo Hawái.[28]





A las 23:33 horas (PST), el Servicio Meteorológico Nacional emitió un aviso de maremoto para la costa alaskeña desde la bahía de Chignik hasta la Isla Attu, y vigilancia de maremoto para toda la costa pacífica de Canadá y Estados Unidos desde la bahía de Chignik a la frontera de California con México.
Luego del paso del tsunami, en el estado de California en la costa oeste de EEUU, se declaró estado de emergencia para los cuatro condados del norte afectados por el tsunami, cuyo impacto ha dejado numerosos destrozos en puertos y playas. El maremoto ha causado inundaciones en zonas costeras de Hawái, así como en puntos de los estados de Oregón y California. Uno de los lugares más afectados por el oleaje ha sido la localidad de Crescent City, situada en una bahía del condado de Del Norte conocida por ser vulnerable a los tsunamis. Su puerto quedó destruido por la marea y las embarcaciones sufrieron importantes daños, lo mismo que algunos edificios.






Pronóstico de distribución de la energía del maremoto producido por el terremoto de Sendai 2011 emitido
por NOAA.












Terremoto y tsunami de Japón de 2011
Fecha
Tipo
Terremoto submarino (maremoto)
Intensidad
9,0 MW
Profundidad
24 km
Consecuencias
Zonas afectadas
 Japón y otros países de la costa del Océano Pacífico.
125 [1]
Víctimas
2414 personas muertas y 3100 desaparecidas.[2]